9 de febrero de 2016

Amor amargo

Tú me has hecho ver que puedo amar y que existe el amor verdadero, aunque no se parezca en nada a aquel sentimiento idílico que las películas pretenden hacernos creer. El amor duele. Duele muchísimo. Y sí, a veces es dulce, pero la mayor parte es demasiado amargo.

Suelto un suspiro sintiendo como mis ganas de vivir se escapan con él. Que injusto es el amor cuando solo uno de los dos ama de verdad. Sé que jamás me has llegado a querer, y no ha sido un secreto nunca, pero en mi corazón siempre he vivido con la esperanza de que algún día te dieses cuenta de que no solo soy una persona que te cuida, que duerme a tu lado y que intenta hacerte feliz, sino que soy a la persona que verdaderamente amas. Pero jamás se ha cumplido mi deseo. Tú solo te quieres a ti, pero mi gran pasión ha sido amarte, aunque tú me dieses poco cariño, aunque no me dieses nada.

Cuando he querido escapar, has llenado mi corazón de ilusión hasta que te has asegurado que no me marchaba de tu lado. Y vuelta a empezar.

Estaba demasiado ciego para salir de ese bucle doloroso, pero con tanta pasión por mi parte. 

Mi delirio ha sido quererte y cuidar de ti.

Noto como a mis pulmones le faltan el aire, pero aún así en mi cuerpo sobra amor. Amor por ti.

Necesito dejar esta maldita locura, este maldito amor envenenado. Necesito escapar. Escapar de verdad.

Por eso te escribo esto, mi amor. Necesito decirte que me has sumergido en un mundo de temor, en un mundo de confusión y en un mundo donde mi dolor era mudo. Pero ya no quiero volver a ese mundo. Ya no. Te amo demasiado, es lo único que sé. 

Cierro mis ojos y me tumbo sobre la cama, sintiendo como todo flota a mi alrededor. Dejo que el mundo me absorba, hasta que me cuesta demasiado respirar. No puedo controlar mis párpados y el bote de pastillas vacío se vuelve borroso. Si me arrepiento por un instante de esto es porque te quiero demasiado, pero es tarde, tengo que escapar.




Perdóname.







Jesús González

No hay comentarios:

Publicar un comentario