7 de septiembre de 2015

¿Cara o cruz?




“A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante”.
Oscar Wilde

Quizás todo esto venga por esa frase de ahí arriba, que sin saber bien a que se refería su autor, puedes aplicarla a cualquier instante de tu propia vida.
En este mismo momento, podrías estar donde sea, haciendo lo que se te ocurra. Sin embargo, no lo haces. ¿Qué es lo que te impide hacer lo que quieres o estar donde quieras? Todos los días te despiertas en la misma habitación y repites la misma rutina.  Ahora todo es rutinario, ¿Se supone que esto es crecer? ¿Ser libres?

Todo ha cambiado, cualquier cosa que puedes llegar a imaginarte no es como hace  diez años atrás. Las personas más felices suelen ser las que menos tienen, pero ¿Somos realmente felices con todos esos bienes materiales? Nos hemos desconectados, adoramos a personas que nunca conoceremos personalmente. Esperamos a que alguien traiga un cambio sin pensar en cambiarnos a nosotros mismos. Hasta la forma de enamorarse es absurda, aunque ya no estoy seguro de que esa palabra tenga un significado universal para todas las personas. A pesar de eso, seguimos tirando la misma moneda para tomar una decisión.


No sabría bien como acabar esto que ronda mi cabeza, lo único que estoy seguro es que hay pocas personas que son capaces de transmitir todo esos valores que cada día la sociedad fusila como si esto fuera el 3 de mayo en Madrid, y cuando coincides con alguno es como cuando te encuentras dinero en un bolsillo de un pantalón. Quizás en este mundo de “seguidores” nos hemos olvidado de guiarnos a nosotros mismos.

Rafael Rodríguez