24 de septiembre de 2016

Libres

Hojas movidas por el viento, 
arrastradas hacia un paradero desconocido, 
expectantes ante ese nuevo futuro, 
dispuestas a vivir de nuevo. 

Un amor desconocido alentando tu llegada,
aullando un calor desprendido de piel,
soñando con una mitad inesperada.

Dos hojas caídas en el mismo suelo,
moviéndose al compás de la brisa,
juntas, unidas para siempre.

¿Existe un para siempre?
Hay quiénes no creen,
quiénes lo intentan impedir,
quiénes pisan las hojas y las hacen añicos.
El amor no siempre se acepta. 

Hay que dejar ser libres,
volar y caer una y otra vez,
secarte, pudrirte, sanarte, vivir. 


Jesús González

5 de septiembre de 2016

No.

Y en la orilla de ese mar,

dejando que la salitre me envuelva,

pensando que retienes mi corazón con las manos,

respiro hondo y mis pulmones florecen,

mi sangre prende un incendio en mí.

Y cuando rompe la última ola,

te digo: no



Jesús González