Y con aquella brisa
otoñal apareció aquel amor.
Era luz, era calor, era
color.
Pero cuando el otoño
dijo adiós,
aquel camuflaje
desapareció.
Las caricias hacían
daño.
Las palabras quebraban.
Los gritos ahogaban.
Grietas y heridas
abiertas
por un brazo que se
torna cinturón,
rompiendo el viento,
manchando el amor.
Abrió los ojos y luchó,
condenando su paz, su
calma.
Y puso fin a aquel amor
armado,
a aquel cuento de hadas
marchitado y ensuciado...
…por odio.
Jesús González
Jesús González
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